Discurso de Darío Fernando Patiño (Invitado)

Queridos:

Manuela, Lina, Nicole, Sofía, Pedro, Martin Duque, Felipe Alejandro, Jerónimo, Andrés Camilo, Nicolás, Felipe Andrés, Matías, Samuel Arcila, Samuel de Narváez, Martin Hermann

Para venir a hablar con ustedes, pedi asesoría a mi hijo que se graduó hace cuatro años y al hijo de un amigo que se graduó el domingo pasado. Ambos del colegio Tilatá. Mi hijo muy reservado y poco deportista y el de mi amigo muy sociable y futbolista, hincha de Santafé como algunos de los presentes.

Mi hijo me recomendó: no vayas a usar la expresión “los jóvenes de hoy”, ni vayas a hablar de lo duro que le tocó a tu generación.

El hijo de mi amigo me aconsejó que hablara corto.

Así que tomaré en cuenta ambas recomendaciones.

Y no les voy a echar cuentos.

Solo este que es absoluta verdad: este es uno de los mayores honores y de los mayores retos que me hayan correspondido. No hablaba ante un grupo de bachilleres desde 1980 cuando hice el discurso de mi propio grado. Me sentía más tranquilo en ese momento, pues al fin de cuentas eran mis pares . Recuerdo que usé un lenguaje muy coloquial y contemporáneo que a mi papá no le gustó mucho por ser poco serio y nada poético.

Este es un honor porque sé que estoy ante quince graduandos inteligentes, luchadores y seguramente cuestionadores que están hoy aquí gracias a un esfuerzo. Y a un esfuerzo triplicado por una pandemia, una situación económica difícil y un conflicto social imposible de ocultar.

Sin duda estudiar ahora es mucho más difícil, de la misma manera que para los profesores ha sido enseñar.

Mi hijo va a quedar tranquilo cuando le cuente que no les he dicho que para mí generación fue más duro. No. Para ustedes el escenario ha sido complejo, imprevisto, inimaginable.

Cuando entramos en aislamiento y se habló de educación virtual ciento por ciento, los adultos -còmo casi siempre equivocados- decíamos que para los jóvenes esto sería pan comido puesto que habían nacido con un computador debajo del brazo. Pero no imaginábamos lo que significaría estudiar lejos de sus colegios, que para muchos son sus casas, encerrados en sus casas, a veces muy sólos, a veces con demasiada gente. Y tratando de entenderse con un profesor que estaba en las mismas o en peores condiciones.

No sé cuáles hayan sido las historias en cada uno de los casos de este querido colegio, pero no puedo dejar de mencionar lo que ha significado la virtualidad y la no presencialidad para los estudiantes de cientos de colegios y escuelas públicos para los que ir a estudiar no representaba sólamente recibir clase, sino que también representaba COMER y para su mamá una oportunidad de trabajar.

Les hablo de esto en un día de celebración porque he revisado sus perfiles y percibo en varios de ustedes una profunda sensibilidad social.

Por eso no dudo en decir que son ustedes, los estudiantes, los protagonistas de un momento histórico que ustedes no olvidarán y que la humanidad recordará por muchos años.

Esta semana veía un meme en el que aparecía un joven frente a televisor y señalando a la pantalla. El texto decía: dentro de cuatro años viendo documentales sobre el Covid. Y un letrero saliendo de la boca del joven: yo estuve ahí.

Eso es lo que podrán decir ustedes. Yo estuve ahí y fui capaz de terminar mi colegio y fui capaz de empezar una carrera sin conocer la Universidad, como les ha tocado a quienes se matricularon en el segundo semestre del 2020 y en el primero del 2021.

¿Pero que irá a salir de este momento tan difícil? . Nadie lo sabe con certeza. Pero les voy a contar algo: yo estoy preparando para mi universidad, un documental sobre los 30 años de la promulgación de la Constitución de 1991. Este fue uno de los acontecimientos más importantes de Colombia en el siglo veinte. La Constitución, que llamaría yo sin ser abogado la madre de todas las leyes, no se cambiaba completamente desde 1886.

Entre 1985 y 1990 el pais estaba prácticamente en una guerra entre el narcotráfico y el Estado, el Estado y la guerrilla y los ciudadanos en la mitad, poniendo los muertos las bombas y en las masacres.

En esa crisis había que cambiar la Constitución . Los adultos del gobierno Barco intentaron hacerlo con los adultos del Congreso, pero estos, los del Congreso, no pudieron o no quisieron. ¿Qué pasó?

Que un grupo de estudiantes universitarios, recién graduados de bachilleres como ustedes, crearon el movimiento llamado la séptima papeleta. Y gracias a ese movimiento y a esa papeleta , se pudo reescribir la Constitución que hoy nos rige,

De ese grupo de jóvenes, recuerdo, formaban parte la actual alcaldesa Claudia López y el hasta hace poco procurador Fernando Carillo.

Traigo esa coincidencia a relación, para demostrar el papel tan importante que cumplieron los estudiantes -y ojo, de manera PACIFICA- en un momento tanto o más difícil como el que vivimos.

Este es un ejemplo. Sin embargo muchas otras historias y personajes que les pueden servir de inspiración de inspiración : los jóvenes genios de la tecnología, algunas estrellas del deporte o del entretenimiento, empresarios, líderes, emprendedores. Los triunfos, los logros y las pruebas superadas .

Hay que seguir buenos ejemplos y hay que “acatar dócilmente el consejo de los años”, como dice un viejo poema, así en este momento y más aún en los próximos años, les parezcamos anticuados y desactualizados. No nos subestimen.

Pero reconozco que ustedes tienen de aquí en adelante, más tiempo, energía y nuevas herramientas para conquistar más mundo y hacer mejor este en el que vivimos:

Sofia desde su sicologia o su antropología,

Nicole desde el diseño de moda y lo que eso representa para la industria y el empleo.

Martin Hermann desde la administración o la música o ambas

Samuel de Narváez desde la administración

Samuel Arcila desde la sicologia o desde lo que elija y donde esté

Matías Valenzuela desde la biología (como colega de mi hijo)

Felipe Andrés desde la administración agropecuaria

Nicolás con la producción de cine y de televisión

Andrés Camilo, desde su música , sus aficiones como el diseño y el camino que elija

Jerónimo con la fotografía

Felipe Alejandro con la ingeniería de la informática

Lina con el diseño

Martin también con la administración

Pedro desde la comunicación social (doy fé de las cosas buenas que se pueden hacer desde esa profesión)

Y Manuela desde la medicina.

Imagínense por un momento lo que pueden llegar a ser.

Todos tienen grandes retos. Pero hoy les voy a poner uno más sencillo:

Siempre a los bachilleres, los adultos les dicen lo que deben hacer. Pero ahora los adultos no la tenemos clara. Necesitamos de su orientación, así como yo le pedí asesoría a mi hijo y al hijo de un amigo.

¿Quienes de ustedes podrían decirnos en una o dos palabras, qué podemos hacer, qué tenemos que corregir?

Después del ejercicio:

Muchas gracias por permitirme esta salida del protocolo pero es más memorable un discurso interactivo. Ustedes se olvidarán de lo que les dije, pero no de lo que me dijeron.

Quiero cerrar con unos versos que un poeta español Juan Agustin Goytisolo escribió para su hija Julia. Los aficionados a la literatura podrán buscarlo y los aficionados a la música también podrán encontrarlo como canción,

Palabras para Julia

Nunca te entregues ni te apartes

junto Camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás

como a pesar de los pesares

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es

será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte

nada más pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino.

Queridos graduandos, ustedes hoy no se llevan solamente un cartón y unas fotos. Se llevan una historia, un momento de sus vidas, las imágenes de profesores y de momentos que los marcaron , libros leídos y lecciones aprendidas . Pero sobre todo, se llevan amigos para toda la vida.

Les agradezco mucho y felicitaciones.

Mariana Gaviria